LA BATALLA DE VITORIA

Título: LA BATALLA DE VITORIA

Canson Infinity® Photo Lustre Premium RC 310 g/m2 100% Alfacelulosa, blanco, microporoso y de acabado lustre. Tintas pigmentadas originales. Papel calidad museo

Tirada: Ilimitada.

Medidas sin enmarcar: 45 x 34 cm. Aprox. (incluidos 5 cms. de paspartú por cada lado).

Certificado de autenticidad: sello Ferrer-Dalmau, número de referencia y sello en seco.

90,00 €
Nuevo
Descripción
Descripción

La Batalla de Vitoria, 21 de junio de 1813, fue la batalla definitiva en la Guerra de Independencia frente a la invasión napoleónica. Enfrentó a las tropas francesas que escoltaban a José Bonaparte en su huida y un conglomerado de tropas españolas, británicas y portuguesas al mando del futuro duque de Wellington.

Esta batalla marcaría la retirada de las tropas francesas de España y  forzaría a Napoleón a devolver la corona del país a Fernando VII por el tratado de Valençay de 1813.

Durante la batalla, los franceses iniciaron una huida desesperada hacia la frontera de su país, dejando tras de sí 8000 bajas entre muertos y heridos y 2000 prisioneros, perdiendo 152 de los 153 cañones que portaban. Los aliados sufrieron 4500 bajas. José Bonaparte, completamente aterrorizado cuando un regimiento de húsares británicos se lanzó a la carga contra su berlina, montó su caballo abandonando el tesoro que procedía del saqueo del patrimonio español.

Miles de soldados, sobre todo ingleses, se lanzaron sobre el cuantioso botín abandonado por los franceses: oro, plata, joyas, sedas, valiosos vestidos, orfebrería, etc. 

El colapso de la disciplina en las filas aliadas, que permitió saquear tanta riqueza, implicó que los franceses, a pesar de sufrir 10 000 bajas entre muertos, heridos y prisioneros, pudieran escapar para luchar otro día.

Lucha que se produjo, finalmente, en la  Batalla de San Marcial, en septiembre de 1813  en la que el Duque de Wellington,  se refirió en estos términos al Ejército español y sus huestes gallegas, en una arenga en el Cuartel de Lesaca, un 4 de septiembre de 1813:

  • «Guerreros del mundo civilizado: Aprended a serlo de los individuos del Cuarto Ejército que tengo la dicha de mandar. Cada soldado de él merece con más justo motivo el bastón que empuño. Todos somos testigos de un valor desconocido hasta ahora; del terror, la muerte. La arrogancia y serenidad, de todo disponen a su antojo. Dos divisiones fueron testigos de este combate original sin ayudarles en cosa alguna y esto por disposición mía para que se llevaran una gloria que no tiene compañera. Españoles: Dedicaos a imitar a los inimitables gallegos, distinguidos sean hasta el fin de los siglos por haber llegado en su denuedo hasta donde nunca nadie llegó. Nación española, premia la sangre vertida por tantos cides. Diez y ocho mil enemigos con una numerosa artillería desaparecieron como el humo para que no os ofendieran jamás».

PayPal